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29 may 2010

Nº 119. Casa abierta, de Javier Fernández



JAVIER FERNÁNDEZ (Córdoba, 1971) es autor del volumen de relatos La grieta (2007), la novela Cero absoluto (2005) y el libro objeto Casa abierta (2000, con el heterónimo El ursa). Ha traducido La mariposa de latón (2010), de William Golding, y Fiebre de guerra (2008, junto a David Cruz), de J. G. Ballard.


En Puerta del mar hemos querido la recuperación de este singular poemario, en su día no tan difundido como sin duda merece por su calidad.


"Casa abierta no es un lienzo, pero está dibujado sobre la página, y desde el momento en que el dibujo, que es lo plástico esencial (Degas), aparece en un libro, éste adquiere, al menos, plasticidad. Por supuesto, es un libro, raro, pero libro: está publicado, y no expuesto (aunque su exposición sería factible), y nos referimos aquí a Casa abierta como 'algo más que un libro', y no algo menos que un cuadro. No es, como buena parte del arte contemporáneo, una plástica discursiva, sino un discurso plástico, algo totalmente novedoso y muy lejano de caligrafismos o creaciones híbridas. (...) Este libro abre unas expectativas ilimitadas al arte de escribir y al de criticar; pero desde luego, y les animo a ello, al hasta ahora bastante pasivo arte de leer."

VICENTE LUIS MORA



se incorpora en la cama oye el motor del cortacésped el golpe



de una lata de gasolina contra otra mi madre está fregando el



suelo piensa ¿qué día es hoy? piensa y vuelve a dormirse



anoche escuchó ecos suaves y entre c o rtados en el dormitorio de



sus padres mientras iba al baño menos suaves a la vuelta las



sábanas aún estaban calientes al instante quedó dormido



llovía el sonido del agua en la tormenta cuando llueve mucho el



agua cae en riada por la carretera soñó que nadaba en la riada



el agua saltaba a borbotones debajo todo estaba en calma



el niño escucha voces en el piso inferior alguna visita la cena



está preparada sentado en el borde de la bañera trata de



reconocer las voces ahora me llamarán pero no bajaré hasta



que se hayan ido no le llaman ahora subirán y verán que el



baño está ocupado y saldré y bajaré a cenar no suben sentado



en la bañera pasan los minutos la cena se enfría se hace tarde



las llaves están al otro lado de la puerta y no hay nadie en la



casa no se oye ningún ruido el niño coloca una silla sobre la



mesa de mármol del jardín se sube a la mesa luego a la silla se



agarra a los barrotes de la terraza eleva el cuerpo con los brazos



lo pasa sobre la baranda busca bajo una maceta la llave abre la



puerta de la terraza vuelve a colocar la llave bajo la maceta

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